Río 2016: Huancayo, la meca del fondismo peruano

Río 2016 tendrá la participación de seis fondistas peruanos. En su mayoría procedentes de Huancayo. El año pasado este equipo viajó a ver como era su entrenamiento.

Raúl Machaucuay en pleno calentamiento. (Foto: Daniel Lactarimay)

Crónica.

Huancayo, distrito capital del departamento de Junín, se encuentra a 376 kilómetros de Lima. Esta provincia es la meca de los mejores maratonistas del Perú, además de ser una gran zona turística.

Hay mucha variedad de lugares por visitar, una de las más especiales es el Estadio de Huancayo, lugar de entrenamiento y preparación de los atletas que representarán al Perú en los Juegos Olímpicos de Rio 2016.

Fábrica de atletas

Son aproximadamente las seis de la mañana. Un Huancayo que comienza a despertar. Un cielo tan mezclado entre lo celeste y blanco, un viento congelante, pero con síntomas de que el sol saldrá. Los 3.200 metros sobre el nivel del mar hace que la respiración se haga más profunda.

El Estadio de Huancayo abre sus rejas, que están ubicadas en la parte occidente. Un estadio deteriorado por fuera, muchos perros cuidando la entrada. Son las seis y media de la mañana y ya comenzaron a llegar los primeros atletas con sus utensilios deportivos: zapatillas, short, bibidís o polos. Listo para el entrenamiento matutino.  Raúl Pacheco (37) es el primero en llegar junto con su hermano menor quien entrena con él. Pacheco ganó la medalla de plata de los Panamericanos de Toronto y está clasificado a los Juegos Olímpicos de Río. Se ubica en la banca de suplentes para alistarse. Siguen llegando más jóvenes y el grupo va aumentando.

De los lejos se ve llegar a Raúl Machacuay – también clasificado a Río 2016-  y comienza a saludar a todos sus compañeros, le pone el toque de humor que faltaba.

Finalmente llega Willy Canchaya (24) un poco apresurado, sabiendo que ya es un poco tarde. Aproximadamente 36 atletas son los que entrenan y algunos ya comenzaron a correr como Machacuay quien con un grupo de jóvenes está trotando los veinticinco minutos de calentamiento.

 El recorrido es por la espalda de la tribuna oriente y también de las rejas de seguridad de norte y sur. Aún no pisan la pista atlética. Y el sol ya se asoma lentamente.

Siguen llegando más jóvenes corredores, entre hombres y mujeres. La mayoría son adolescentes y algunos niños. Se van formando grupos. Algunos comienzan a seguir a Pacheco, otros con Canchaya y otros arman sus propios grupos, pero todos corren. Y es que correr es sinónimo de salud.

De pronto la pista atlética está llena de personas que prefieren vivir su mañana a una velocidad más rápida. Todos tienen una rutina ya hecha y cuantos kilómetros deben correr diario. La línea de salida les sirve para marcar su tiempo, indispensable llevar reloj. Eso les ayuda a controlar si el tiempo es el adecuado al que se le pide o si está fracasando en restar segundos.

“Veo gente con condiciones y talento, pero quiero más” dice José Castillo, Coordinador del Programa de Maratonistas. Destaca muy bien el trabajo que viene realizando el profesor Rodolfo Gómez, de nacionalidad mexicana. La exigencia, profesionalismo, compromiso y entrega es algo que siempre se les recalca José a todos los que vienen a entrenar.

El sol ya salió y también ya comenzó a incomodar, el sudor es insoportable. Algunos optan por cambiarse de polo o ponerse bivirí, otros simplemente sin polo. El lugar está lleno y es que se encuentran desde profesionales hasta amateurs corriendo. Y se forma un desfile de zapatillas de todos los colores que hacen un arcoíris dentro de la pista atlética.

“Huancayo tienes muchas rutas para correr, aparte no tiene tanta altura como en Cuzco y Puno donde son los otros lugares de entrenamiento” dice Raúl Machacuay, quien ya se quitó el polo y está listo para los últimos minutos de entrenamiento.

Último Tramo

El cansancio se asoma a muchos de los que entrenan, los amateurs ya abandonaron la pista de atletismo, Willy Canchaya comienza a hacer regenerativo en el campo de césped bordeando toda la cancha y lo hace descalzo. Machacuay sin polo corre sus últimos veinte minutos de trote final. Mientras que Raúl Pacheco continua su circuito.

José Castillo comienza a hacer muchas anotaciones y piensa reunir a todos los atletas al finalizar el entrenamiento para darle algunas indicaciones finales. Frente a la ausencia del profesor Rodolfo quien se encuentra en Lima haciendo algunas dirigencias.

Ya todos se acercan otra vez a la banca para poder cambiarse. Aunque Machacuay y sus otros compañeros prefieren jugar al salto. Consta de mantener los pies separados y sin correr ni caminar, solo con su impulso saltar lo más que puedan a la zona de arena que se encuentra al costado de las bancas.

El ambiente que se vive es muy bueno: entre risas, consejos y pequeñas bromas que se hacen entre ellos. Tratan de finalizar un arduo entrenamiento con una sonrisa en el rostro que describe la ilusión de poder participar en el evento deportivo más antiguo del mundo. 

Le pregunto a Pacheco si ya terminó de entrenar y me responde: “Aún me falta mis veinte minutos de trote final y prefiero hacerlo con el cuerpo caliente”. Me lo dice de una manera tan sería, pero al mismo tiempo se logra ver en su rostro el compromiso que le pone a su preparación. No queda dudas porque es medalla de plata en los Panamericanos de Toronto, Además de haber participado en la maratón de Rotterdam, Holanda el 12 de abril de este año.

Luego de que todos ya están reunidos y cambiados. José Castillo se les acerca y muy preocupado les dice que deben poner más compromiso. La exigencia que se les pide es notable. Haciendo hincapié en los más jóvenes que el indisciplinado pierde todo y además habló de las tardanzas y faltas de algunos.

Al finalizar la charla Willy Canchaya le prometió a José que todo eso cambiaría y que el grupo dará el ejemplo, además de que corregirán sus tardanzas y que no hay excusa alguna. Todo esto sirve para mejorar sin duda. La presión es mucha y más cuando falta menos de un año paras los Juegos Olímpicos.